miércoles, 14 de junio de 2017

E3 2017 - Un escenario distinto


Quiero comenzar este resumen personal con una pequeña reflexión sobre la que ahondaré más abajo. Los E3 de 2015 y 2016 nos permitieron ser niños y evadirnos, idealizaron el mundo del videojuego. El E3 de 2017 es una vuelta al presente; al mundo adulto. Una bofetada de realidad. Hemos crecido en este año, y los que creen que esto es un paso atrás es porque considero no sabe bien de lo que va el asunto. Si medimos todo con el baremo de la espectacularidad y del factor vendesueños, entonces los E3 serían poco más que escenarios llenos de teasers sin contenido alguno y CEOs mágicos haciendo hechizos. El E3 de 2017 ha servido para devolvernos la precaución como consumidores que estaban siguiendo una tendencia hacia el vacío que las propias expectativas generaban. No todos los años se puede vivir del hype.


http://sectoromega.blogspot.com.es/2017/06/e3-2017-un-escenario-distinto.html


Third Parties: El verdadero motor de la industria




Ubisoft y sus filiales en mayor medida ha venido a decirnos en un idioma clarificador y bastante directo, que un E3 es un lugar al que se viene leído y con los deberes hechos. Puede que no les haya dado tiempo a terminar toda la tarea (Beyond Good & Evil 2 es una prueba de ello, se puede ilusionar sin renunciar a enseñar proyectos más próximos), pero que se desbordan trabajando es una realidad. La que fuera la empresa de los memes y la que suele sufrir esta especie de bullying forero o de RRSS, es la que más lecciones nos ha dado. La sorna ha dado paso a la seriedad; la gente debe entender que es una compañía que siempre está currando, aunque no siempre acierten o hagan lo que nos gusta. Electronic Arts y Bethesda en menor medida son también motor y nos demuestran que las grandes compañías, las generadoras de triple A (las herederas de gran parte del volumen de trabajo sobre las que se sustenta la industria), están aquí para darnos realidades, a medio plazo como máximo.




Nos han emplazado a un tiempo no tan lejano como es 2018, un año que parece clave para casi todo lo que se ha enseñado. Si quiero destacar algo aquí, es que estas conferencias consideradas "menores" han sido demasiado importantes como para dedicarles pequeños apartados. No se puede ignorar ya que si esto funciona, si seguimos abonados a este hobby, es porque empresas como las citadas tiran del carro al menos, por el lado de las grandes producciones. De ellas se esperaba realidad y dosis de novedades y, caray, es lo que nos han dado. No cabe aquí un análisis inmaduro de lo real, son las que cargan con el trabajo anual que luego termina en las consolas y ordenadores. Si tuviéramos que depender de las marcas consagradas nos podríamos morir del asco año si año también, sin tapujos lo digo. Unas compañías que han acudido al E3 con una mezcla de realidades y sueños, el equilibrio perfecto y más cauto. Mis respetos.



Microsoft: Los videojuegos son más importantes que la interactividad




Una empresa que estaba perdiendo credibilidad frente a los jugadores es sin duda Microsoft. La decisión de crear una plataforma de juego híbrida entre ordenadores y el panorama consolero doméstico ha traído polémica en estos años, y han tenido que reunificar a sus dispersos jugadores en torno a ideas poderosas: videojuegos, realidades. Con una idea a priori marchita para ellos enseñar juegos y más juegos han conseguido centrar la atención de bastante público. Una presentación correcta y alejada de aquellas chorradas gigantes que intentaban vendernos hace años... ¿os acordáis de aquella estrategia extraña de vendernos que con la One tendríamos acceso a mil contenidos televisivos y demás?



Por fin se han dado cuenta que hace casi 4 años parieron una consola y que ésta debía servir, esencialmente, para jugar. Una conferencia que ha sido rica en contenido, no sé si lo suficiente, pero mucho más realista y apoyando tanto al tejido indie como a las grandes promesas. Yo personalmente acabé un poco hastiado de tanto "World premiere" y "Exclusive", que son palabras vacías de contenido; marketing estéril que no aporta nada a la atmósfera que demandamos, solo una especie de motivo de pitorreo para el mayor de los hooligans... que al resto no nos aporta debate ni genera nada.
Sobre el nuevo hardware presentado, Xbox One X (nombre nada transgresor), pretenden crear vanguardia gráfica con títulos como Anthem y una opción de compra que atraiga a jugadores exigentes y con dinero sea dicho de paso.

No lo califico como algo valiente, más bien algo esperado dados los movimientos de la competencia. Habrá que ver en qué acaba todo esto, pero al menos ha sido un año donde Phil y su equipo se ha querido centrar en qué van a poder jugar aquellos que confíen en su marca. La retrocompatibilidad plena con la primera Xbox demuestra que es una empresa preocupada por el legado que se han estado procurando en esta década y media; es algo que debo aplaudir. Sin embargo, el lastre de la palabra "exclusividad" sigue pesándoles, y hay jugadores que continúan sin confiar en ellos, puesto que se sienten traicionados por esa dualidad PC-Consolas. A ellos debo decirles que bienvenidos al Siglo XXI, esta es la estrategia de Microsoft y debéis aceptarla si seguís remando junto a ellos, si no, siempre tenéis la competencia.



Sony: Los pies en la tierra





Que Sony haya optado por enseñar realidades tangibles a medio y corto plazo ha sido un batacazo para aquellos que viven de sueños y que consumen los E3 esencialmente para transpirar felicidad de unicornio. Yo me he sentido identificado otros años con esa forma de entender la feria electrónica; show puro, sueños que van y vienen, tráilers imposibles y magia... Pero el tiempo de las hadas ha pasado, y Sony no tenía esos deberes hechos. No nos lo han querido decir directamente, pero ha querido bajarnos de la parra. Esos deberes realmente no estaban hechos del todo, han buscado tiempo para los proyectos a medio plazo que tenían que tener preparados, para esas realidades como God of War o Spiderman que parecían más posibles que Kingdom Hearts III o FFVII Remake a todas leguas proyectos tan verdes como el campo en aquel momento e incluso en este.




Haber abandonado la senda de las baldosas amarillas ha hecho despertar a mucha gente, una auténtica llamada en toda regla al mundo real. Sony también es una compañía con proyectos que deben responder al tiempo presente, a los siguientes meses, y si hubieran seguido el camino que marcaron los E3 de 2015 y 2016 habrían tenido, prácticamente, que enseñar teasers aún más imposibles y proyectos de esos del año 2022: cosas tan lejanas que hablando seriamente no nos deberían importar aún. Los E3 "se ganan" o "se deberían ganar" con promesas tangibles, aunque nos duela no poder acariciar a los unicornios hechos de sueños. Un año sobrio hay que decirlo, pero más perceptible por los sentidos que el del año pasado y el anterior, fabricado un poco de nubes de fantasía.

Pese a lo dicho, no puedo aplaudir la puesta en escena ni el tratamiento de los videojuegos mostrados, ya que no se entiende muy bien eso de querer quitarse algunos títulos rápidamente momentos antes de la conferencia, como si fuesen morralla o carnaza de segunda división. Han querido acudir a este E3 un poco porque lo decía su agenda, pero se notaba que Junio les ha pillado más bien verdes, desubicados y con poco que enseñar incluso en ese terreno de lo tangible del que hablaba. Ya sobre el escenario, todo lo nuevo se les va a 2018, quedándole 2017 a Sony como un año muy bueno en su primera mitad, pero que en su segunda mitad va a quedar tocado por esta especie de siesta que se han echado. Dominar el mercado consolero es lo que tiene: se pueden echar un sueño y venir luego. Sin embargo ha habido daño palpable, y basta comprobarlo mirando las caras de la gente que acudió a ese evento. La sobriedad de esta compañía en 2017 ha sido un resumen perfecto del E3: Estamos viviendo la resaca de esa borrachera de sueños que ellos mismos se encargaron de crear el año pasado. Un espejo y radiografía de lo que ha sido el E3 de este año por la parte de "los grandes". 




Nintendo: Agradable sorpresa




Tras algunas decepciones plausibles con una Microsoft que aún no tiene la confianza que debe volver a generar, y una Sony dormida en mitad de su propio éxito, de Nintendo se esperaba vacío cósmico... y nos ha cerrado la boca. A mi el primero, que no esperaba nada. Una presentación de apenas 25 minutos ha dejado entrever muchísimos proyectos interesantes, sagas queridas y el regreso del aclamado Metroid, con dos juegos además. Aunque Switch en mi opinión debe tener más peso este 2017 del que se le va a dar, hay realidades como Mario Odyssey que llegarán antes de lo que se preveía, y 2018 pinta bastante bien. Lo que sigue sin verse en demasía son las third parties, de momento Ubi, EA y Bethesda han puesto carne en el asador switchero, pero no la suficiente. Tendremos que esperar un poco más quien se conforme con esto realmente exige poco. Creo que nadie quiere una "Wii U 2" en ese sentido y depende del trabajo en los próximos meses que eso no termine así.




Pese a todo, Nintendo si ha querido jugar a los sueños. Si Sony en 2016 generó expectativas un tanto irreales a medio plazo, Nintendo les ha copiado la fórmula con Metroid Prime 4 enseñando una escueta imagen. Una estrategia que yo no alabo, puesto que es jugar de nuevo con el famoso humo, pero que ayuda demasiado a reforzar la marca y redepositar confianza de un enorme número de personas que parecían huérfanas. Quizás Nintendo debía usar esta pueril estrategia para acallar un poco a las masas, no lo sé, es algo que iremos viendo. Aún así, al margen de esa imagen que revolucionó las redes, he visto cosas que me han fascinado como persona que confió en Switch en su salida (ese Kirby Switch es una delicia). 3DS y los amiibos parecen seguir en el punto de mira y en general, el tejido nintendero va funcionando. Para no esperar absolutamente nada ha sido un agradable E3, sin embargo, como persona que confía en ellos desde hace años, todavía les demando un poquito más.

Por suerte la Treehouse continúa a la par que publico este texto, y allí se están enseñando cosas muy decentes. Es un E3 que dura varios días y donde se muestra un porcentaje muy generoso de gameplay, el cual nos hace finalmente soñar todavía más que ver dos tristes teasers. Bien por Nintendo en ese sentido.





Mis conclusiones son muy claras este año: El E3 no siempre puede ser un escaparate de fantasías únicamente. También necesitamos videojuegos que nos acompañen a ser posible antes de la siguiente edición de la feria más famosa del año, porque la confianza se renueva día a día y hay que trabajar también para cubrir de juegos todo un año. Me alegra no obstante que la gente haya despertado, a cambio de haber sacrificado en gran parte la ilusión desmesurada. Yo este año SI he sentido ilusión aunque fuese de forma más moderada, no necesito ver un FFVII remake todos los años para estar expectante y feliz. No sé vosotros y vosotras, pero yo también disfruto de una industria que sabe delimitar sus posibilidades... porque de donde no hay no siempre se puede sacar.

¿La gran suerte? Que 2017 está siendo un año cojonudo y me estoy hinchando a jugar, y aún me queda para rato. Ni mil E3 me van a poder quitar eso, por sobrios que sean.

fran_friki

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